Historia Medieval

En la Edad Media destacó un foco de doblamiento inusual que se concentraba en las inmediaciones del barranco de la Mota. Los puntos habitados corresponden al poblado fortificado de la Mota (siglo XII-XIII), Castillo de Pliego (siglos XII-XVI) y el núcleo urbano de Pliego (desde el siglo XIII hasta nuestros días).

El franciscano Fray Pablo Manuel Ortega, en su obra “Descripción Chorográfica”, de 1959, en la que, entre otras cosas dice: “La fundación de Pliego es de los sarracenos, aunque parece sería muy a los principios de su entrada en este Reino de Murcia y levantaron un castillo para su resguardo, que todo el tiempo de las guerras le miraron con respeto por su gran fortaleza. Ha tenido varios señores en diferentes tiempos. Últimamente se dio a la célebre Militar Orden de Santiago, donde actualmente persevera. Tiene 400 vecinos, con alguna nobleza, y su gobierno pende del Real Consejo de Órdenes y consiste en dos alcaldes ordinarios y un alguacil mayor, anuales, y ocho regidores perpetuos. Por lo eclesiástico tiene una parroquia y dos ermitas”.

El Poblado de La mota

Los pobladores islámicos realizaron asentamientos en el área de Pliego, en torno al siglo XII. El poblado de La Mota constituía el principal núcleo urbano de la zona. Rodeando el perímetro se realizó una fortificación para su defensa. La zona urbanizada se asentaba en una meseta de laderas suaves en el barranco de La Mota. En la plataforma superior de la mesetilla se hallaban las viviendas, quedando comprendida toda el área por una muralla de tapial. Sus restos revelan el aspecto defensivo y las dimensiones que pudo tener. En 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Restos arqueológicos del Castillo de la Mota

Restos arqueológicos del castillo de la Mota.

Castillo de Pliego
Castillo de Pliego

Vista exterior del castillo de Pliego

El Castillo de Pliego fue construido por los musulmanes a finales del s. XII en un promontorio, desde el que se protegía Pliego. Las murallas y la torre aprovechaban el relieve abrupto de la zona para hacer más fácil la defensa. El Castillo, situado en la cumbre del cerro, se dividía en dos recintos: la fortaleza con la torre, cerrada por una muralla; y un recinto exterior, que ocupaba la ladera norte del cerro, rodeado por una antemuralla. La estructura de la torre se dividía en tres partes: la inferior, maciza; el cuerpo central, hueco; y la parte superior, cubierta por un parapeto y con almenas. Bajo su órbita defensiva se instalaron las viviendas de la fortaleza, el molino de harina y el aljibe.

El interior del recinto defensivo albergaba una casa de servicio con cocina y chimenea, una mazmorra y un nacimiento de agua. Poseer agua dentro de la fortaleza era de suma importancia. La corriente de agua se conducía por una canalización hasta el molino y el aljibe. La planta de la fortaleza tenía forma triangular. La homogeneidad de la construcción, tanto en técnicas como en materiales, permite pensar que la obra se acometió en una sola fase. En los muros y torres se empleó la técnica del encofrado.

Evolución de la Plaza

Tras la incorporación de Pliego a Castilla, según lo estipulado en el Tratado de Alcaraz (1243), una guarnición castellana se asentó en el Castillo. La fortaleza sirvió para vigilar a los mudéjares. Tras vencer la rebelión mudéjar de 1264-1266, La Mota fue desmantelada y la población fue trasladada al Caserío Mudéjar. El origen del actual Pliego fue ese Caserío Mudéjar, un pequeño grupo de edificios al borde del barranco de La Mota. El terreno era en cuesta y estaba rodeado por una zona de huerta en terrazas. Entre La Mota y la Fortaleza , el caserío de Pliego fue creciendo conforme al diseño urbano de las alquerías rurales islámicas.

 Desde su origen, el caserío de Pliego reproducía un diseño urbano característico de las alquerías rurales islámicas; un pequeño grupo de edificios recogidos, al borde del barranco de La Mota , sobre un terreno en cuesta y rodeados por una zona de huerta en terrazas. Como no disponía de murallas, el núcleo urbano se protegió mediante un sistema defensivo denominado casamuro, que perseguía cerrar sobre sí el contorno externo del poblado sin dejar huecos entre las viviendas. Sólo era posible acceder al interior de la población a través de un único ingreso localizado a la altura de la actual iglesia de Santiago, llamado “adarve”. Caserío Mudéjar de Pliego, es una muestra de la antigua arquitectura popular