Federico Balart
Federico Balart, nació el 23 de octubre de 1831, en Pliego (Murcia). La infancia se desarrolló con normalidad, cursó estudios medios y aprovechó la biblioteca familiar para cimentar su vasta cultura. A la edad de diecinueve años marchó a Madrid, donde compaginó trabajo, estudio y su vocación: la escritura.
En Madrid comenzó su carrera de escritor. Mientras cursa los estudios de Derecho hizo sus pinitos en la literatura. Publicó sus primeras críticas literarias hacia 1861 en la prensa local. Primero fue el periódico Verdad donde, firmando con el pseudónimo de ‘Nadie’, realizando certeras e ingeniosas críticas a las publicaciones y espectáculos de la época.
Pasó a escribir para el periódico La Democracia bajo el sobrenombre de ‘Cualquiera’.Hasta 1894 su labor literaria se limitó a trabajos publicados en la prensa. Paralelamente se estaba iniciando su carrera en la política, llegando a alcanzar los puestos de diputado y senador. En 1870 fue nombrado subsecretario del Ministerio de la Gobernación y posteriormente Consejero de Estado. En 1872, fue nombrado diputado a Cortes por Granada, y en 1872 y 1873, senador por Castellón de la Plana. Cuando llega a retirarse de la política ocupaba el cargo de contable en el Banco de España.
Busto Federico Balart
Debido a la tragedia que vivió, con la muerte de su esposa Dolores Anza, en 1879, se retiro de la política, encerrándose en sí mismo, para dedicarse por completo a su pasión: la literatura. Durante los doce años que permaneció solo, dedicado al refugio de una escritura, reflexiva y profunda, llego a realizar las que serían sus obras literarias. Su fama literaria le viene sobre todo de su libro ‘Dolores’, publicado cuando tenía 63 años. Su otra gran pasión aparte de la poesía fue la prensa. Poco a poco retomó su labor como articulista. Publicó nuevos espacios de crítica literaria, trabajos breves como El prosaísmo en el Arte y Novedades de antaño.
Homenajes y reconocimientos.
Como reconocimiento a su dedicación al mundo de las letras, en 1891, La Academia de la Lengua le convocó a sentarse en uno de sus escaños. Lamentablemente no llegó a ocupar su puesto en tan insigne institución.
Dentro del mundo de la cultura, el cargo de mayor trascendencia que ocupó fue el de censor y director artístico del Teatro Español. Ostentando este cargo, tuvo a bien recomendar a Antonio Machado en la compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza.
Su precario estado de salud y el infortunio que hubo de padecer en sus últimos momentos, le precipitaron a la muerte. Murió en 1905, muchos de sus contemporáneos, los amigos insignes, lamentaron su muerte y la pérdida que supuso para la poesía española.
El pueblo de Pliego, le homenajeó con una calle y un busto en el Jardín de la Glorieta. También , la población de Mula tiene una calle con su nombre. Y en el barrio de San Antolín en Murcia otra vía honra la memoria de este insigne hombre de la cultura regional.